PREGUNTAS FRECUENTES
Estas son algunas de las preguntas que se hacen los pacientes antes de acudir a una consulta médica con su cirujano plástico. Si después de leerlas, aún tiene alguna pregunta más que hacer, puede llamar al teléfono 981 580 792 y plantearla.
No. La primera consulta con el cirujano no es gratuita, dura casi 1 hora y en ocasiones más. Es un momento decisivo en el que se explican las opciones quirúrgicas para su caso particular, lo que se puede conseguir con ellas y los pros y contras de cada una. La información que usted adquiere es el resultado de años de experiencia, formación, estudios y asistencia a cursos, congresos y reuniones científicas.
Varios motivos:
- Cuando la información la da un/una comercial pero no el cirujano que la va a operar.
- Cuando el cirujano trabaja para una clínica u hospital y acata la política de consulta gratuita.
- Cuando el cirujano considera que regalar la consulta es una opción comercial válida para atraer pacientes a su consulta.
- Cuando se regala la primera consulta pero se cobran todas y cada una de las revisiones, visitas, retirada de puntos y el material de curas.
Las opciones 2,3 y 4 son perfectamente admisibles aunque la propia SECPRE, la FILAPC y los standares de calidad internacionales recomiendan que la consulta médica debe tener un coste.
No. Sólo se paga la primera. El resto de consultas y revisiones de la zona operada se incluyen en el presupuesto de la intervención.
Si. La información que se da en las consultas es fundamental para que usted tome libremente la decisión de operarse o no. La pérdida de algún detalle de lo que se habla puede hacer que algún aspecto del postoperatorio o del resultado no se corresponda con lo que usted recordaba. La presencia de una persona de su confianza hará que ambos escuchen la explicación, vean las fotos ilustrativas y puedan comentar lo escuchado. Lo que no es recomendable es acudir a la consulta con niños pequeños por la falta de concentración que suele provocar su presencia en la madre o el padre.
No se ofrece financiación de las intervenciones, solamente pueden financiarse los gastos de Hospital y quirófano. Igualmente se pueden efectuar los pagos con las principales tarjetas de crédito. Obviamente tampoco hay descuentos, ofertas ni promociones comerciales.
No. No figuramos en ningún cuadro médico de seguros privados ni tenemos convenios con ellos. Cada paciente abonará los servicios prestados.
Sí. Ninguna cirugía está exenta de complicaciones. La aparición de éstas puede suponerle un desembolso económico añadido si genera gastos de hospital o material utilizado para resolver la situación. El Dr. Vila Moriente no le cobrará cantidad alguna por su labor en el tratamiento de estas complicaciones.
Depende de la intervención y de la persona. Las intervenciones más molestas son el aumento de pecho submuscular y la abdominoplastia. Aparte de estas dos, la liposucción provoca molestias al moverse y caminar por los hematomas e hinchazón y ser zonas amplias. La reducción de pecho tiene muy pocas molestias por no decir ninguna. La rinoplastia es incómoda por los taponamientos pero no dolorosa. La blefaroplastia completa es incómoda por el vendaje ocular 12 horas y la otoplastia por el vendaje en «casco de motorista» durante 48-72 horas.
Lo primero que le diría es que ese pasar por el quirófano no es un paseo, la cirugía estética es una disciplina quirúrgica en la que se realizan intervenciones dentro de un quirófano, y con las mismas complicaciones que puede tener cualquier otra cirugía. Por eso es tan importante ser rigurosos en la elección del cirujano que nos va a operar. Debemos asegurarnos de que es un cirujano con prestigio reconocido y perteneciente a la SECPRE. Después le aconsejaría que se tomase en serio su postoperatorio, porque tal y como dijimos antes, no se termina el tratamiento al salir del quirófano, si no que hay otra serie de cuidados que el paciente debe llevar a cabo para asegurar el éxito de esa intervención.
Portarse bien. El cuerpo necesita un período para habituarse a la operación a que ha sido sometido y recuperarse. El reposo es fundamental y la naturaleza no perdona. Afrontar una operación como si no pasara nada, intentando hacer vida normal, atendiendo a los hijos y la casa, acudiendo al trabajo, conduciendo, etc está abocado a las complicaciones, problemas en la herida, hinchazón, hematomas y dolor más tiempo de lo esperado y en general el fracaso de la intervención. El cuerpo humano no entiende de compromisos familiares, laborales o sociales.
Pues van desde el reposo que le aconseje su cirujano, que es más importante de lo que la gente piensa, hasta masajes en la zona operada, drenajes linfáticos, o cosas como no tomar el sol, cuidar la alimentación o la aplicación de cremas cicatrizantes. En resumen, un poco de sentido común. Va a tener menos problemas una paciente que pueda hacer reposo que otra con tres niños pequeños que atender.
Efectivamente, los resultados pueden variar de una persona a otra con la misma operación, dependiendo de factores genéticos o incluso de hábitos personales; por ejemplo fumar está generalmente contraindicado para las operaciones de estética, porque los fumadores tienen peor circulación en los tejidos y cicatrizan mal.
Generalmente los hombres son bastante metódicos y disciplinados, y las mujeres más resistentes. Esto último puede ser un problema, las mujeres “tiran del cuerpo” y a veces hacen lo que no deben.
El precio de una intervención quirúrgica es la suma de los honorarios del cirujano, equipo quirúrgico, material protésico (prótesis de mama), material ortopédico (fajas, bandas torácicas) así como los gastos de hospital. Los honorarios del cirujano y equipo dependen del tipo de operación, riesgo de complicaciones y gravedad de las mismas, precisión requerida, duración de la cirugía, etc y suelen tener una tarifa determinada. Por otra parte el uso de instalaciones hospitalarias conlleva una serie de gastos que incluyen el tiempo de quirófano, anestesista, tipo de anestesia, duración de la anestesia, medicamentos anestésicos, medicamentos y material de quirófano, personal de enfermería de quirófanos, sala de despertar y observación inmediata, ingreso hospitalario y días de ingreso, medicación de planta (en la habitación), etc. Estos gastos no son iguales para todo el mundo así que no se sabe el precio exacto hasta que se termina la estancia en el hospital. El cirujano le dará un rango de precios en los que se mueve la intervención solicitada con la mayor precisión posible pero nunca un precio cerrado.
No. Sólo realizamos cirugía y tratamientos de relleno con ácido hialurónico en casos muy concretos. No se contemplan tratamientos de toxina botulínica, láser, radiofrecuencia, IPL, cavitación, tratamientos anticelulíticos o tratamientos de rejuvenecimiento no quirúrgico.
Un buen cirujano plástico debe haber realizado la especialidad de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora en uno de los Hospitales públicos de la red nacional acreditados para impartir esa formación o tener una formación en el extranjero homologada por el Ministerio de Sanidad. Es decir, tener el título de Especialista, no vale un diploma de asistir a unas conferencias o a un máster de fin de semana. Si lo que busca el paciente es un cirujano plástico, claro.
Lo primero debe ser un médico capacitado para cuidar y proteger a su paciente, conociendo todas las posibles complicaciones de la especialidad. No se pueden dar garantías de resultados porque trabajamos con la Naturaleza pero si se deben dar garantías de que el paciente va a estar cuidado. También hay que ser muy meticuloso, con sentido estético.
Por descontado hablar con el cirujano que te va a operar, ni un intermediario ni un comercial. Desconfiar del cirujano que ofrezca falsas promesas o resultados irreales al paciente. El que sabe lo que hace conoce los límites y fronteras de su especialidad. Al que no sabe todo le parece fácil. El paciente no debe tener miedo a hacer todo tipo de preguntas al especialista, ni dudar en hacer una primera consulta con dos o tres profesionales. Y para terminar, es vital que se asegure de que la intervención se va a realizar en un centro hospitalario perfectamente equipado, capaz de responder adecuadamente en caso de complicaciones.
Sí. Es importante tener el consenso favorable de la familia del paciente o los amigos, para que lo acompañen adecuadamente; de lo contrario no compartirán la alegría de un buen resultado ni lo apoyarán en el caso de que surgiera alguna complicación. También hay mucho envidioso y mucha envidiosa incluso entre los más allegados que van a ver defectos por todas partes pero ese es otro tema.
El límite del tratamiento está en no prometer al paciente lo que no se puede hacer. Tenemos que estar bien seguros de haber captado lo que solicita el paciente y si el resultado va a ser el que quiere. En este campo, como todo en la vida, el límite está en no hacer a los demás lo que no quieras que hagan contigo. Hay que pensar que tenemos una persona delante. Pero como norma general los pacientes gallegos son muy sensatos. Es verdad que hay resultados estéticos extravagantes que corresponden a personas ya de por sí extravagantes y eso es lo que más sale en los medios de comunicación y daña la imagen de la cirugía estética. La mayoría de las personas quieren un arreglo, pero no quieren llamar la atención en la calle.
Personas en buenas condiciones generales, cuya historia clínica demuestre un buen estado de salud. Si tienen enfermedades sistémicas (diabetes, hipertensión) pueden operarse, siempre y cuando estos problemas estén bien tratados y controlados. Lo ideal es que sean pacientes que entiendan qué quieren hacerse, que comprendan los riesgos que conlleva la cirugía, las ventajas y desventajas, las características de la recuperación y que sepan con certeza qué pueden esperar de una intervención.
Personas con expectativas equivocadas en torno a la cirugía, es decir, aquellas que se operan con la esperanza de conseguir pareja o cambiar de trabajo, por ejemplo. Tampoco quienes esperan que el cirujano les deje la cara «igualita» a la de la actriz o el actor de moda. En general pacientes con problemas psicológicos que llevan a la obsesión e insatisfacción permanente, pues por bueno que sea el resultado de la cirugía nunca van a estar conformes.
Lo fundamental es asegurarse de que el paciente encuentre el equilibrio entre lo que busca, lo que ve y lo que siente.
Sin duda desde un tiempo a esta parte la mamoplastia de aumento es el procedimiento más común, y consiste en la introducción de implantes en los senos. El material usado es la silicona que llevamos utilizando más de 40 años y conocemos sus características. Un detalle; las prótesis llevan la silicona dentro de un envoltorio, no confundir con esas inyecciones clandestinas de silicona líquida que provocan necrosis, infecciones, granulomas, fístulas y en gran número de casos requieren extirpar el pecho.
Vayamos por partes. La cirugía dura cerca de una hora. Aunque hay cierto dolor y molestia, como unas agujetas en el pecho, la paciente puede reincorporarse a sus actividades normales a los 15 días. Obviamente si tiene un trabajo que requiera esfuerzo físico, levantar pesos, mover cajas, etc hay que dejar por lo menos 20 días o 1 mes.
Todos los estudios han demostrado que no existe relación entre las prótesis de silicona y el cáncer de mama. Tampoco afectan a la capacidad de lactar de una mujer, sólo en los abordajes areolares pueden lesionarse los conductos galactóforos durante el procedimiento. Por ello prefiero personalmente el abordaje submamario.
Hay dos formas principales: por el surco bajo el pecho con una incisión de 35-40 milímetros o por la areola-pezón. Entrando por el surco evitamos atravesar el tejido de la mama.
Se recurre a la reducción mamaria o mamoplastia de reducción. Este procedimiento consiste en retirar el tejido sobrante, piel y mama, y ajustar la forma al nuevo volumen. Eso si, la intervención dura entre 3 y 4 horas.
Cierto. A ella acuden pacientes por varias razones: cuando el tamaño excesivo afecta la autoestima de la mujer, cuando el peso provoca dolores de espalda o hay irritaciones cutáneas o incluso la aparición de hongos en los pliegues inframamarios consecuencia de la sudoración excesiva.
Es verdad. Si hay que extirpar piel y tejido mamario hay que cortar y eso siempre deja cicatriz. Las cicatrices son notorias hasta los seis u ocho meses pero con el paso del tiempo se hacen más blandas y claras. También hay cremas, láminas para las cicatrices, etc pero la cicatrización depende más de la calidad de la piel de la paciente que del trabajo del cirujano.
No, en absoluto. Las prótesis molestan porque se manipula el músculo pectoral, en cambio para reducir, aunque los cortes son mayores, se trabaja sólo con el tejido mamario. De todas formas tampoco se puede hacer esfuerzos con los brazos. Lo mejor es hacer un poco de reposo viendo la televisión o leyendo. A los 15 días ya se puede reincorporar a sus actividades normales dependiento del tipo de trabajo, claro.
Sí. Esta cirugía es la indicada para mujeres que si bien están conformes con el volumen de su pecho, éste está literalmente caído como consecuencia de la gravedad, los embarazos y la calidad de la piel de cada paciente. Suele hacerse a partir de los 35-40 años o cuando se han tenido los hijos.
En efecto. La pexia o levantamiento básicamente consiste en reposicionar los tejidos y retirar la piel sobrante, previa evaluación, diagnóstico y cálculo exacto por parte del cirujano. Al mismo tiempo puede colocarse una prótesis si la paciente, de paso, desea aumentar el tamaño. Al igual que las otras intervenciones, hay que hacer reposo y nada de esfuerzos en casa ni fuera de casa. La reincorporación laboral es la misma que en otras intervenciones sobre el pecho aunque si colocamos una prótesis hay que ser más cuidadosos con este tema.
Anestesia general, un día de ingreso y un buen hospital para realizar la intervención.
No, ni mucho menos. La liposucción es la extracción de la grasa pero sin tratar la flaccidez cutánea. La abdominoplastia consiste en la extirpación del exceso de piel y grasa abdominal y en la corrección de la flaccidez muscular. Esta situación de exceso de piel y relajación de la pared abdominal se suele dar en mujeres que han tenido varios embarazos. Con ella se consigue un abdomen más plano, más firme y una cintura más estrecha. Además junto con la piel se extirpan las estrías de esa zona.
En este caso se realiza en mujeres que tienen gran laxitud cutánea o un faldón significativo por obesidad. De todas formas el 90% de abdominoplastias las hago en mujeres que si han tenido hijos pues se suma la separación y flaccidez de la musculatura abdominal.
No. La abdominoplastia se lleva a cabo una vez que ya no se van a tener mas hijos. Lo recomendable es realizarla una vez pasada la fase de los embarazos, sean uno o varios, aunque no contraindica el quedarse embarazada de nuevo. La piel y los músculos vuelven a dar de si.